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Half Mexican. Otro Andy, por completo

Por Aquiles Castañeda Böhmer


Se acabó, siete meses nos duró el gusto de tener al campeón de peso completo. Ahora le reprochamos su poca preparación, sus ocho kilos de más, su indisciplina, sus distracciones… Andy Ruiz JR nos representa, mexicano al cien por ciento o al cincuenta; le ganó el sobrepeso, perdió la cualidad que lo hacía “un gordito” atípico: su velocidad, su buena condición física. Está claro que Ruiz tomó malas decisiones cuando debería ser al revés, perdió el enfoque y con eso, se convierte ahora en otra anécdota del mexicano al que le pasó algo grandioso, pero fugaz. Regresa al rincón en el que abrió el debate sobre un tema delicado como es el bullying, regresa a protagonizar los memes de una semana o dos, a ser el objeto de lo más despreciable que tenemos como humanos, para otros de nuestra especie cuando se equivocan públicamente. Es una pena, pero Ruiz nos unió en la victoria y la infortuna, le aplaudimos juntos y ahora lo abucheamos juntos, ni modo, es una de nuestras más arraigadas costumbres y mexicano quería ser, en México, Andy, el que se lleva se aguanta.

- Regresaré mejor preparado - dice

- ¿Ya para qué? - Preguntamos tras la conferencia de prensa posterior a la pelea

- ¿Ya para qué? Si teniendo la oportunidad de cerrar el 2019 con broche de oro, te entregaste sin corazón, sin pasión, recibiendo golpes y conectando apenas unos cuantos que al final del cuarto round nos hicieron pensar que en algún momento volverías a ser el de antes. Bueno, también es cierto que ningún fracaso te define, que siempre habrá una oportunidad para volver a empezar, pero tirar por la borda el pase a la inmortalidad, no debería ser alternativa para nadie.-

Ruiz tiene dos caminos, convertirse en el payaso de circo de Wilder y Tyson Fury, en el “freak” que alguna vez logó una hazaña y que, por ende, funciona para llenar estadios, o puede recobrar el equilibrio de su mente y comprender que, después de llenar todos sus vacíos económicos y de cumplir sus caprichos, como campeón del mundo tenía una responsabilidad alterna, sobre todo como campeón mexicano, pues en todo podemos ser mediocres, pero no en el boxeo.

-Disfruta tu dinero Andy, lo ganaste, regresa al lugar donde te sientes más cómodo, junto a las hamburguesas y los Snickers ¡Ahora podrás comprar muchos más! Está claro que te sacaste la lotería, disfruta de todas las cosas bonitas que el dinero puede comprar. –

Si Ruiz decide que esto de ser campeón es para él y aprende de esta lección, nada le garantiza volver a brillar, nada en absoluto. Llegó, escaló, recibió la oportunidad de su vida, se consagró y siete meses después, volvió a ser el estelar de peleítas en escenarios chiquitos, aunque sean en el extranjero, porque no todo Estados Unidos es Las Vegas. Ojalá que regrese, como el mexicano que se raja la madre por lo que quiere y no como el mexicano que se tira acomoda en su zona de confort tan pronto tiene plata en el bolsillo y una cámara de televisión enfrente; a Ruiz le ganó esa otra mitad.

- ¡Lástima! Nos gustabas para más que eso, pero…ni hablar, los planes sin estrategia están condenados al fracaso, por lo menos serás otro de un millar de ejemplos sobre “lo que no se debe hacer”. –

Decisión unánime a favor de Joshua, 118-110, 118-110 y 119-109, aplauso para el Británico, se sentía desconcertado en por haber perdido el combate, sintió vergüenza y la expuso; la noche del sábado en Arabia Saudita, Anthony Joshua subió con reservas y con mucha inteligencia mantuvo detrás del largo de su brazo izquierdo a un tanquecito lleno de poder, que no fue capaz de explotar, no por no querer, sino por no poder, pues la voluntad no es suficiente, querer no siempre será poder, el cuerpo de 283 libras no funcionó. Joshua es campeón, Ruiz ya no, pero ahora tiene mucho dinero, una casa de un millón de dólares y autos de lujo, qué bueno que tuvo un beneficio de este sueño efímero, ahora sí, cada quien a su lugar.

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