El himno entusiasta de Frozen II, "Into the Unknown", llegó como todo lo que hace Disney, con una gran calidad y con gran certeza éxito. Es tan bueno (y tal vez mejor) que el imborrable "Let It Go". La esperada secuela del fenómeno musical animado de 2013 de Chris Buck y Jennifer Lee, ve a la Reina Elsa (Idina Menzel) atraída por una "sirena secreta", cuyo silbato de soprano incorpórea la lleva a través del Bosque Encantado y al Río Ahtohallan para aprender la difícil verdad sobre El pasado de su familia. "¿Puedes enfrentar lo que el río sabe?", Canta su difunta madre (Evan Rachel Wood) en la canción de cuna del flashback de apertura.
El bosque ha sido sellado durante décadas por una niebla mágica; Elsa y compañía descubren que atrapados, dentro del bosque, están sus pueblos indígenas, los Northuldra. Los espíritus de la tierra, el aire, el agua y el fuego; Los animadores demuestran la belleza, el terror y la inestabilidad de los elementos a través de un incendio forestal de color rosa neón y un caballo de agua etéreo que Elsa monta a través del mar oscuro y rebelde. Kristoff de Jonathan Groff saca la pajita con la balada de rock olvidable de los 80 "Lost in the Woods", mientras que el hablador y cursi muñeco de nieve Olaf (Josh Gad) tiene un dulce pero delgado número sobre el envejecimiento, cantando con una falsa falsa al estilo de Sinatra.
La fórmula de Frozen combinó inteligentemente los sueños expansivos y las ansiedades profundas que experimentan los niños con un estilo Broadway (impulsados por las estrellas reales de Broadway Menzel y Groff). La soledad que induce la ira que acompaña al poder de Elsa, o los temores primarios de su hermana, Anna y la seguridad de su familia, no son obstáculos que deben superarse, sino incorporarse a la narración. Aquí, la idea se desarrolla aún más, con Elsa y Anna (Kristen Bell) prometiendo deshacer el daño causado por generaciones pasadas, tocando cuidadosamente los temas oportunos del colonialismo y la crisis climática.
Véala ahora en el cine.