La presencia de arsénico en el ambiente es un problema de salud pública debido a que se trata de un evento de alta frecuencia que ha sido detectado en países como Argentina, Brasil, Chile, China, India, México y Taiwán, entre otros.
El arsénico fue clasificado por la International Agency for Research on Cancer (IARC), como un agente carcinogénico para humanos con base en estudios epidemiológicos que relacionan la ingestión de arsénico en el agua de bebida y cáncer en la piel y estudios ocupacionales que relacionan la exposición al arsénico y cáncer de pulmón.
Desde tiempos remotos, son conocidos los compuestos arsenicales, tanto orgánicos como inorgánicos, que fueron usados como medicamento. El trióxido de arsénico fue utilizado por primera vez en el año 2000 A.C. con fines terapéuticos. En el siglo XVIII se dio a conocer la solución de Fowler cuya composición era arsenito de potasio al 1% utilizada para aliviar diversas enfermedades como: anemia, reumatismo, psoriasis, asma, cólera y la temida sífilis. Este medicamento se mantuvo vigente por más de 150 años.
En el siglo XIX esta solución fue usada para tratar el acné y como agente quimioterapéutico para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica junto con la irradiación, hasta 1953. Según Jolliffe (1993), en el año 1900 compuestos arsenicales eran usados para combatir la malaria y en el año 1912 el arsénico fue reconocido como el mejor agente existente en la farmacopea. Durante el siglo XX creció el interés por producir nuevos medicamentos con compuestos arsenicales, es así que Erlich creó un compuesto llamado arsenamina, el cual fue usado como clave en el tratamiento de la sífilis por más de cuarenta años, hasta la llegada de la penicilina (Cullen, Reimer, 1989).
Los arsenicales orgánicos principalmente los derivados del arsénico pentavalente, clasificados como menos tóxico con relación a la forma trivalente, fueron utilizados en el tratamiento de enfermedades tal como la tripanosomiasis africana, conocida como "enfermedad africana del sueño". El primer compuesto arsenical usado fue triparsamida que contenía 25% de arsénico pentavalente en combinación orgánica. Este medicamento fue asociado a reacciones tóxicas y podía causar ceguera.
Al aumentar la resistencia del parásito este medicamento fue reemplazado por otros dos arsenicales orgánicos melarsoprol con 18% de arsénico trivalente y melarsonil (Jolliffe, 1993)Durante los años noventa, en China, se utilizaron concentraciones micromolares de trióxido de arsénico para combatir la leucemia promielocítica aguda. Los efectos adversos fueron considerados leves y entre ellos se incluyeron mareos, fatiga y dolor muscular.
Fue sugerido que la inducción de apoptosis celular puede ser uno de los mecanismos de los efectos terapéuticos del trióxido de arsénico (Chen et al., 1996). Los compuestos arsenicales provocan reacciones no deseadas y por eso siempre, a través de la historia, se intentó reemplazarlos por compuestos menos tóxicos. Además de los usos "benéficos", el trióxido de arsénico fue usado popularmente como veneno debido a su bajo costo, por tener apariencia de azúcar y por carecer de olor y gusto, siendo éste el arsenical más tóxico después de la arsina, pero no produce la muerte instantánea. La popularidad de su uso cayó porque con el aparecimiento de técnicas analíticas para la determinación de arsénico, se hizo más factible para la toxicología forense detectar uma intoxicación aguda por arsénico. Este compuesto continua siendo utilizado con fines suicidas (Jolliffe, 1993).
Es conocido desde hace años que la exposición crónica al arsénico por la ingestión de agua puede causar efectos adversos a la salud humana. Gracias a los estudios realizados en 1888 por el investigador Hutchington se tienen los primeros antecedentes históricos que relacionaron la presencia de arsénico en el agua y lesiones en la piel como hiperpigmentación, hiperqueratosis y cáncer cutáneo (Stöhner, 1991).
En el año 1913, en Argentina, fueron identificados dos pacientes que presentaban los síntomas de una intoxicación por arsénico, siendo que en un primer momento fue considerada como accidental.
El número de casos fue en aumento y la enfermedad llegó a ser conocida como enfermedad de Bell Ville, en la provincia de Córdoba, por ser este el lugar donde se registró el mayor número de casos, en regiones rurales, en donde los níveles de arsénico en el agua eran superiores a 1 000 µg/L. En 1917, esta enfermedad pasó a ser conocida como hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE). Se llegó a la conclusión de que la etiología de la enfermedad era debida a la ingestión de agua con arsénico (Astolfi et al., 1982).
En Chile, en el año 1923, se describió por primera vez una enfermedad considerada original y característica de este país llamada enfermedad del salitre o cáncer de los salitreros. Las personas presentaban hiperqueratosis y alteraciones degenerativas en la piel (Prunes, 1939).Actualmente el problema de la presencia de arsénico en el agua de bebida no ha cesado y existen poblaciones expuestas en regiones de: Argentina, Chile, China, Estados Unidos de América, Hungría, India, Japón, México, Taiwán y Vietnam.
En Brasil, están siendo recopilados los datos de la presencia de arsénico en suelos, sedimentos y aguas subterráneas, en áreas que tuvieron por más de 300 años una fuerte actividad minera, como es el caso de Ouro Preto, Santa Bárbara y Nova Lima en Minas Gerais, en estos lugares se ha detectado la presencia de arsénico y el potencial daño a la salud de la población precisa ser evaluado (Gardenal, 2003).
De las regiones de México cuya agua está contaminada por arsénico, la región de La Laguna es la más documentada. Si tomamos como referencia la Norma Oficial Mexicana (el agua es potable si contiene menos de 25 microgramos de arsénico por litro de agua o 25 mg/l), resulta que 400,000 laguneros están expuestos a niveles malsanos de este metaloide.
Pero si consideramos como límite la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (el agua con arsénico por encima de los 10 mg/l no es potable), entonces queda expuesta casi la totalidad de la población de la comarca. Más de un millón de personas entre las que podrían estar apareciendo, de acuerdo a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, de ocho a trece mil casos de cáncer al año. Las evidencias apuntan a que la causa del arsenicismo en La Laguna es un sustrato rocoso que provoca que los mantos acuíferos profundos contengan concentraciones altas de arsénico y flúor.
La sobreexplotación de los acuíferos por parte de la agricultura de la alfalfa ha provocado que extraigamos agua fósil con altos contenidos de estos elementos. La búsqueda demente e inmoral del máximo enriquecimiento en el mínimo tiempo está llevando a miles de laguneros al dolor y a la muerte.La única solución sustentable y de largo plazo a este problema es el manejo integral de las cuencas de los ríos Nazas y Aguanaval que conlleven el resurgimiento de los humedales que purifican el agua y reinstauran el equilibrio de los acuíferos.
Esto implica decisiones difíciles –pero impostergables– como el control de la minería en la cuenca alta, programas de conservación de suelo y agua incluyendo reconversión de tierras agrícolas abandonadas en la cuenca media y mejores prácticas agrícolas y ganaderas en la parte baja, incluyendo el redimensionamiento de la cuenca lechera.
La extracción de agua del subsuelo, es un recurso altamenete costoso y su potabilización requiere de un proceso complejo y delicado, en una área predominantemente árida como lo es la Comarca lagunera, el agua tiene un costo más alto que al que tiene en muchos otros lugares de la república mexicana y del mundo ¿Es esto un problema que represente un riesgo alto para el futuro de la región? Definitivamente sí.