Por: Aquiles Castañeda Böhmer
La Asociación de Escritores de Boxeo de América votó por Mayweather. De acuerdo con su criterio, el hecho de que Floyd lograra mantenerse invicto y vencer a Saúl Álvarez y a Manny Pacquiao (otros dos nominados), le dieron los méritos suficientes para reconocerlo con el galardón Joe Louis al Mejor Peleador de la Década.
Sin duda, Floyd Mayweather JR será un personaje icónico en la historia del boxeo, el estilo de la “guardia impenetrable”, para mi gusto, un estilo efectivo pero aburrido, como fueron la mayoría de las peleas de Mayweather en los últimos diez años.
Mayweather se olvidó de su público y se concentró en mantenerse invicto, al diablo la espectacularidad y la emoción, el señor Floyd, “Don Mayweather”, tiene un récord de 50-0, con 27 nocauts y eso lo hizo “extraordinario”; en fin, bastaba con que la BWAA (Boxing Writers Association of America) dijera que su selección la haría a partir de las matemáticas, para hacer que la espera de conocer al ganador fuera menos larga. Además de Álvarez y Pacquiao, Mayweather derrotó a Shane Mosley, Víctor Ortiz, Robert Guerrero, Miguel Cotto, Marcos Maidana (en dos ocasiones), Andre Berto y la estrella de UFC Conor McGregor. Floyd venció a un peleador “Salón de la Fama” (Mosley) y a tres futuros miembros del Salón de la Fama (Pacquiao, Cotto y Álvarez).
Mayweather agradeció mediante un comunicado, reconoció el trabajo de su equipo, agradeció a la prensa por seguir su carrera a lo largo de varias décadas y habló de la disciplina y esfuerzo que lo llevó a ser uno de los mejores del mundo, eso nadie se lo discute. Discutido para mí, encerrarse a negociar con Pacquiao un trato multimillonario, esperar hasta que Pacquiao cediera a todas sus presiones y cláusulas, discutida la victoria de Mayweather en un combate en el que lo pusieron varias veces contra las cuerdas y en el que Pacquiao le pegó como en sus peores sesiones de sparring; en resumen, para mí, ese fue un combate arreglado, amañado, tramposo, falaz, mentiroso (póngale los adjetivos que quiera), tengo muchas sospechas de que esa pelea, Mayweather se la compró al filipino. Pacquiao necesitaba financiar las casas de sus paisanos afectados por el paso de un huracán, consiguió el dinero y lo hizo, le cambió la vida a varios centenares de pobres; Mayweather JR necesitaba que en su brillante récord, se marcara una cruz sobre el nombre del filipino, también lo consiguió. Nos mintieron y lo creímos, hoy, ese “combate”, mejor llamémosle encuentro, fue uno de los episodios más decepcionantes de la carrera de Pacquiao, ni siquiera el nocaut de Márquez nos dejó un sabor de boca tan amargo.
En fin, hablemos de lo que sí fue espectáculo, pues este fue una gran semana para la UFC, regresó uno de sus personajes más polémicos, de los que mayor rating generan, Conor McGregor. El irlandés regresó de forma espectacular tras una preparación que no permitió, según dijeron, un solo momento de indisciplina o falta de concentración; así, McGregor es un virtuoso de las Artes Marciales Mixtas. Conor necesitó menos de un minuto para imponerse de manera espectacular a Donald “Cowboy” Cerrone, una patada de pierna izquierda en el rostro y después el ataque trepidante que nos hizo recordar a MCGregor en su mejor época, un peleador élite en su deporte. MCGregor perdió un poco o un mucho de su dignidad peleando contra Mayweather, porque se prestó también a un evento mediático en el que lo exhibieron, otra vez, sacrificando prestigio a cambio de millones de dólares, no es la primera vez y no será la última en que un peleador se someta a las condiciones del otro, para que el público, las televisoras y los patrocinadores, paguen su capricho. MCGregor regresó, tiene una gran oportunidad de volver a ser legendario sin necesidad de estelarizar peleas callejeras en bares o escándalos sin sentido. 22 peleas ganadas, 4 derrotas, treinta y un años, y tal vez, si en verdad lo desea, tres años aún prometedores.
